Harina, huevos, leche, mantequilla y azúcar. Estos son los ingredientes más comunes para la elaboración de los archiconocidos crepes franceses, originarios de la región de Bretoña.
Aunque los más conocidos son los crepes dulces, entre los que podemos encontrar crepes de chocolate o de nata, también existen crepes salados, que sirven perfectamente como plato principal de cualquier comida.
En el resto del mundo también hay recetas que se asemejan a los crepes, con pequeñas variaciones, como los panqueque argentinos o los nalesniki en Polonia. Pero no hace falta irnos tan lejos, en Galicia, León y Asturias tienen el orgullo de tener como postre típico las filloas, con orígenes en la época romana y cuyo ingrediente estrella en su variante más conocida es la sangre de cerdo.
La receta de la masa de los crepes es tan sencilla y fácil de hacer que está especialmente recomendada para elaborar junto a niños, pasando un agradable rato en la cocina. Aunque para los más escasos de tiempo, existe la posibilidad de usar la thermomix para hacer crepes.
El relleno que pueden contener llega tan lejos como llegue tu imaginación, pues no hay unos ingredientes fijos, desde cualquier tipo de carne, hasta verduras o pescado. Lo único realmente importante es saber comerlos con ganas.