Hay dos tipos de amantes de los caracoles: los coleccionistas y los que los prefieren para la gastronomía. Son moluscos hermafroditas, pero eso no quiere decir que puedan fecundarse a ellos mismos, sino que necesitan de otro de sus iguales para realizar la cópula, uno toma el papel del macho y el otro el de la hembra.
Son un alimento especialmente típico de la gastronomía francesa, donde reciben el nombre de "escargot", aunque no es de buen gusto para todos los paladares, ya que se trata de un producto de gusto adquirido, es decir, que normalmente es necesario probarlo varias veces hasta que realmente se sabe apreciar su sabor.
Dentro de las recetas que podemos encontrar en nuestro país, hay una especialmente típica de Cataluña, que recibe el nombre de caracoles a la llauna. Aunque lo más común es hacer los caracoles en salsa, que les hace especialmente deliciosos para los amantes de este plato.
Y por otra parte tenemos los caracoles de mar, comúnmente llamadas caracolas, de las que existen también recetas, siendo muy típicos en Andalucía, donde reciben el nombre de cañaíllas.