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Pato

A pesar de que el pato no es un alimento especialmente presente en la gastronomía española, se ha ido abriendo camino gracias a determinadas cocinas asiáticas que están presentes en restaurantes de nuestro país.

Su piel es muy calórica, aunque su eliminación antes de la preparación de los platos, hace de la carne del pato un alimento muy bueno gracias a los aminoácidos esenciales que contiene, así como sus vitaminas. A su vez, su gran cantidad de nutrientes fortalecen el sistema inmunitario, aumentando las defensas y reparando las células.

Una de las formas más sencillas de consumirlo en casa es haciendo pato al horno aunque los amantes de los restaurantes chinos quizá prefieran elaborar pato a la naranja, uno de los platos estrella.

Pero si lo que realmente te sientes es un miembro de la Dinastía China, lo mejor es que te prepares (o mandes a alguien preparar) un pato laqueado, también llamado pato Pekín, que era uno de los platos preferidos de la familia imperial Ming.