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Ajo seco

"España huele a ajo”, dijo en su día Victoria Beckham, a pesar de que luego lo desmintiera. Y es que aunque hubiera sido verdad, ¿Qué tiene de malo oler a ajo?. Depura nuestra sangre, limpia los intestinos y renueva todo nuestro sistema interno, las propiedades del ajo son envidiables.

Y es que tenemos la suerte de que el ajo sea uno de los ingredientes más empleados en nuestra saludable Dieta Mediterránea. Prácticamente a cualquier guiso le añadimos siempre algún que otro trozo de ajo. La leyenda dice que este alimento surgió de debajo del pie izquierdo del Diablo, mientras que la cebolla salía de debajo del derecho. Aunque no sólo lo encontramos en nuestra dieta, otras cocinas como la mexicana, lo emplea mucho, y en China es el aroma principal, junto al del jengibre.

Está tan incrustado en nuestra cultura que tenemos expresiones que le hacen honor, como "¡Ajo y agua!”. Por no hablar de todos los platos que hay en nuestro país que contienen en su nombre de una manera u otra este alimento: ajobanco (sopa típica andaluza), sopas de ajo (también llamada sopa castellana) o ajoaceite (la salsa que conocemos por el nombre de alioli).

Si después de todo esto siguen sin gustarte los ajos, siempre puedes usarlos para espantar a los vampiros.