Café

Hay una leyenda que dice que el café fue descubierto por las cabras. Según esta curiosa historia, un pastor del siglo XI se dio cuenta de que sus cabras se comportaban de forma algo extraña. Descubrió el arbusto del que habían comido y decidió probar su fruto, el café en grano, lo que le hizo sentirse más despierto.

TIPOS DE CAFÉ. El café que más se consume en España es el café torrefacto, cuyos granos se han tostado añadiendo azúcar y luego han sido molidos. Sin embargo, en los supermercados normalmente encontramos muchos tipos de café, distinguiendo entre café en grano o café molido y entre café natural o café mezcla. ¿Cuál elegir? Os ayudamos con algunos detalles sobre el origen y características de las dos grandes variedades y sobre las mezclas:

Arábica: Originaria de Etiopía, es la más cultivada desde más antiguamente (75% de la producción mundial), aunque requiere condiciones más exigentes. Su cultivo es delicado y requiere un clima fresco, reservado a tierras de alta montaña. Produce un café fino y aromático.
Robusta: Originaria del Congo, es más rica en cafeína, produciendo un café fuerte con mayor cuerpo y acidez, aunque menos aromático. Esta planta es más resistente y su cultivo más productivo, ya que se adapta a terrenos llanos. Este tipo es usualmente usado para la fabricación de café soluble o mezclas.
Café mezcla: El café en grano de una variedad suele combinarse con otras dando lugar a muchos tipos de mezcla. Algunas variedades muy demandadas como Montaña Azul de Jamaica y el Kona hawaiano se mezclan con otras más económicas y se añade el término mezcla (“Mezcla Montaña Azul”) aunque contengan muy poca cantidad de ese café.

RECOMENDACIONES.

Adultos: Durante el embarazo suelen presentarse molestias digestivas como la acidez o naúseas, por lo que se aconseja disminuir el consumo de cafeína, que también contienen el té, el cacao y algunos refrescos. Esta incrementa la producción de ácido clorhídrico y pepsina en el estómago.
Niños: No es aconsejable que se tome café antes de la adolescencia por su efecto estimulante e irritante de la mucosa gástrica.

A EVITAR. Los expertos recomiendan evitar el consumo de café en los siguientes casos:

Si tienes problemas estomacales, como gastritis o ulcera, evita incluso el café descafeinado.
Epilepsia: requiere dormir suficientes horas, por lo que se desaconseja tomar café ya que puede provocar insomnio.
Hipertensión. Un consumo que no supere los tres cafés al día no implica riesgo pero tras tomarlo hay una subida de presión inmediata por lo que en estos casos es mejor que sea café descafeinado.

¿SABÍAS QUÉ? El café descafeinado nació gracias a Goethe. El poeta alemán le sugirió a su amigo químico Friedrich Ferdinand Runge que investigara sobre los componentes del café y así averiguar si su insomnio se debía a esta bebida. Runge descubrió la cafeína y así se inició el descafeinamiento, un procedimiento cuyo objetivo consiste en proporcionar el sabor del café, pero sin los efectos excitantes de la cafeína.

Bach le dedicó una canción al café. El texto de la canción habla de un padre que riñe con su hija que no para de tomar café. Y es que en el siglo XVII creció la moda de tomarlo hasta el punto de considerarse adicción (ahora sabemos que el café no es adictivo).

ENLACES RECOMENDADOS

Café y salud (de Nestlé)
Cicas.es
Federación Café