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Leche infantil

Durante sus primeros meses de vida, los bebés necesitan mantener una alimentación capaz de adaptarse a un organismo que aún no está desarrollado al 100% y cuyo crecimiento se produce de manera muy rápida.

Por todo esto, durante la infancia la alimentación debe cuidarse muchísimo. En gran parte el correcto crecimiento del bebé y su salud futura va a depender de esta fase. El período de lactancia es el que prepara a los niños para el siguiente paso, el momento en el que organismo esté preparado para empezar a digerir comida más sólida.

Se consideran lactantes hasta los 12 meses, y existen dos tipos de alimentos preparados, en caso de que por diversas razones no puedan ser amamantados:

Los “preparados para lactantes”, denominados “tipo 1”, están destinados a niños de hasta 4 meses. En este este tipo de preparados la leche puede ser:

Normal
Adaptada, tienen una proporción de proteínas mayor a la de la leche materna.
Terapeútica, este tipo de leches están tratadas para evitar la respuesta negativa de un bebé predispuesto a alergias a la leche. 
Hidrolizada extensivamente, es el tipo de leche recomendada para aquellos niños que tienen alergia a la leche. 

Respecto a la etiqueta de estos productos, es importante que especifique claramente que es un tipo de preparado especial para niños que por alguna razón no pueden ser amamantados.

Los “preparados de continuación”, conocidos como de “tipo 2, son para niños mayores de 4 meses. Pueden administrarse hasta la etapa en la que el bebé empiece a tomar leche de vaca, que dependiendo del pediatra se recomienda que sea con 1 año, o con 2.

En este caso, la etiqueta debe mostrar una advertencia clara que deje constancia de que la leche materna es superior a cualquier preparado, y que únicamente deben de utilizarse en caso de recomendación médica.

Al igual que cuando compramos cualquier otro alimento, es preferible escoger productos de fecha de caducidad lejana, así como desechar aquellos envases que muestren símbolos de deterioro.

Generalmente, estos alimentos se conservan a temperatura ambiente, siempre que sea un sitio fresco, seco y alejado de la luz. Los productos en polvo se conservan de 1 a 2 años en condiciones adecuadas si están correctamente cerrados herméticamente. Los envasados en brik con tratamiento U.H.T. duran de 3 a 6 meses siempre que no se hayan abierto; una vez abiertos, han de consumirse antes de 12 horas habiéndose mantenido en el frigorífico.

En el caso de los tarritos, es importante que emitan un sonido al abrirse porque eso significa que ha entrado aire y, como consecuencia, que estaba esterilizado correctamente. Tienen que consumirse antes de 24 horas y han de estar guardados en la nevera.

A EVITAR: Es importante no preparar la comida con antelación, hay que hacerlo siempre justo antes de la toma. Tampoco debe de guardarse el preparado en un termo, pues es una fuente de proliferación de bacterias.

Cuando se caliente la toma en el microondas, hay que acordarse de remover bien la mezcla para unificar el calor y evitar contrastes de temperatura.

RIESGOS: La OCU nunca ha descubierto restos de contaminantes químicos en los alimentos infantiles, ni tampoco problemas relacionados con la falta de higiene.

Recomiendan utilizar agua natural de baja mineralización para realizar la reconstitución de las leches. Es importante hacerlo en determinadas zonas en las que el agua del grifo no es recomendable. Como en zonas agrícolas en las que el agua puede contener nitratos y restos de pesticidas.

ENLACES RECOMENDADOS:

Alimentación infantil según la OCU http://www.ocu.org/site_images/30_fichas_alimentacion/PDF/29infantil.pdf

La mejor leche para alimentar a los bebés: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/07/09/nutricion/1341858239.html