Leche

Los humanos somos los únicos animales que seguimos tomando leche después del periodo de lactancia, y no en todas las sociedades está bien visto tomarla; en China, por ejemplo, la mayoría de los adultos sufren de intolerancia a la lactosa, ya que al no tener por costumbre consumir este alimento en etapas adultas, sufren de deficiencia de la enzima lactasa, necesaria para tolerar la leche.

Sin embargo, en los últimos años sobre todo han ido surgiendo numerosas alternativas a la leche como comúnmente conocemos. La leche sin lactosa es sólo uno de los ejemplos, a los que podemos añadir la leche de soja, proveniente de esta semilla y por lo tanto de origen vegetal, así como la leche de avena o de almendras, a las que se les atribuye propiedades como la reducción o el control del colesterol.

Menos conocida es la llamada leche de alpiste, que se trata nada más ni nada menos que del extracto que se obtiene de las semillas de alpiste aptas para consumo humano. De este tipo de leche se dice que retrasa el envejecimiento, mejora el metabolismo e incluso controla la glucosa del cuerpo.

Si tuviéramos que hablar de una de las recetas más famosas que incluyen este ingrediente, sería imposible no mencionar la leche frita, típica en España en Semana Santa. Su receta se cree originaria del Norte del país y no ha variado mucho con el paso del tiempo.